Es la investigación de la historia del arte nacional, y concretamente de la pintura durante la época colonial, ha sido labor de un grupo de cronistas, historiadores, artistas y críticos de arte, quienes desde diversas perspectivas han analizado sus orígenes, importancia, desarrollos, características y contribuciones a la cultura nacional.
Desde el siglo XIX se iniciaron, de manera esporádica, breves estudios en este campo. Dignos de mención son, amén de la biografía de Gregorio Vásquez de Arce y Ceballos, de José Manuel Groot, la recopilación de numerosos datos sobre la producción artística de la época, consignados por este autor en su extensa obra Historia eclesiástica y civil de la Nueva Granada. Contemporáneamente a Groot, José Caicedo y Rojas dedicó algunas páginas al examen de estos temas.
A finales del siglo, en 1886, Alberto Urdaneta organizó en Bogotá la primera gran exposición de arte nacional y extranjero que se realizó en el país, en la cual destacó el valor de los pintores coloniales, cuyos cuadros habían estado por años relegados a los conventos, las iglesias y las casas de familia, bajo la condición de objetos destinados al culto.
La labor de Urdaneta la continúan Lázaro María Girón, descubridor del pintor Antonio Acero de la Cruz, y Pedro María Ibáñez, quien a comienzos del presente siglo, en las Crónicas de Bogotá, informa ampliamente sobre las obras de los pintores de la ciudad.
Los numerosos viajeros europeos que visitaron el continente americano en el siglo pasado, dejaron en sus crónicas y relatos interesantes observaciones y juicios sobre los artistas y sus obras y sobre el estado de conservación de las mismas en los conventos e iglesias.
Con un interés mayor, investigadores colombianos y europeos han venido realizando estudios más rigurosos sobre el tema durante los últimos sesenta años del presente siglo.
El primero de ellos fue Roberto Pizano, quien, a más de una biografía de Vásquez, elaboró un valioso inventario y catálogo sobre las obras de este pintor y sobre otras expresiones del arte colonial.
Corresponde a Gabriel Giraldo Jaramillo el mérito de iniciar los estudios de la historia del arte nacional con el aporte de nuevos métodos de investigación, combinando la indagación de archivo con la confrontación de las obras nacionales con los modelos europeos. De su numerosa producción historiográfica, buena parte está dedicada a la historia de la pintura colonial, la cual, gracias a su extensa documentación y rigor analítico, continúa siendo la obra de más aliento y fuente insustituible de consulta sobre este período.
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